En ese espacio mágico que es tu jardín, el limonero se erige como una estrella brillante. Este árbol no solo es una delicia visual con su copa regular y hojas de verde lustroso, sino que también despliega un festín para tus demás sentidos.
La floración del limonero transforma tu jardín en un paraíso aromático con su fragancia; el azahar de limón deleita el olfato con su perfume característico. Los frutos amarillos y jugosos del limonero añaden una pincelada de color. ¡Una paleta natural que ilumina cualquier espacio! Además, es utilizado ampliamente en la cocina. De esta forma, es un árbol que deseamos incluir en nuestro jardín.
Cuidado, sin embargo, porque el limonero es un árbol que puede sufrir con el frío. Si vives en una región donde las heladas son frecuentes, puedes optar por variedades e híbridos resistentes al frío, como Meyer, Ponderosa o Yuzu, además de colocarlos en lugares protegidos
Es adecuado su uso a los jardines de estilo mediterráneo, así como a jardines de estilo campestre. También pueden tener un buen papel en jardines con connotaciones renacentistas y en jardines de estilo oriental, siempre y cuando se den las condiciones ambientales adecuadas.
A lo largo de la historia del arte ilustraron la pureza, la fertilidad y la virtud. Los cítricos han sido utilizados como metáfora de promesa. Así aparecen en textos antiguos.
Es evocador de los jardines italianos, donde el cultivo de cítricos en maceta es su especialidad, existiendo importantes jardines italianos con impresionantes colecciones de variedades de este árbol, como ocurre en el jardín de la Villa di Castello. En los jardines florentinos se puso de moda el cultivo de cítricos que se guardaban durante el invierno en invernaderos para proteger a estas plantas del frío.
Carmen Calvo Serrano
Ingeniera agrónomo – Experta en Diseño y Gestión del Paisaje
Tf. 619824578