EL JARDÍN SE EXPERIMENTA NO SOLO CON LA MIRADA: EL LENGUAJE INVISIBLE

EL JARDÍN SE EXPERIMENTA NO SOLO CON LA MIRADA: EL LENGUAJE INVISIBLE

de Carmen Calvo Serrano -
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Rosa inglesa

Cuando pensamos en un jardín, es natural que nuestra mente se dirija a la vista: los colores vibrantes de las flores, la exuberante vegetación y la arquitectura paisajística cautivadora. Sin embargo, existe un mundo sensorial aún más profundo esperando ser explorado en nuestros jardines: el sentido del olfato. Este sentido, a menudo pasado por alto, despierta una experiencia única y emocional en el jardín, convirtiendo la visita en un viaje sensorial completo.

Entre los cinco sentidos, el olfato se destaca como un poderoso desencadenante de emociones y recuerdos. Nuestro sentido del olfato tiene la capacidad única de evocar memorias y provocar sentimientos profundos en un abrir y cerrar de ojos. A medida que exploramos este mundo sensorial invisible, descubrimos cómo el olfato se entrelaza con nuestras experiencias pasadas y presentes, dándonos una nueva perspectiva sobre la forma en que experimentamos el mundo que nos rodea.

El perfume de una rosa puede transportarnos instantáneamente a la infancia y a un jardín de rosas en el patio de nuestra abuela. El aroma de la lavanda después de la lluvia puede llevarnos a ese paseo de primavera junto a una persona especial. Estos vínculos olfativos a menudo son tan fuertes que podemos sentir las mismas emociones que experimentamos en esos momentos, ya sea alegría, nostalgia o gratitud.

El Jardín como Narrador de Emociones

Un jardín bien planificado es una sinfonía de fragancias que cuentan historias emocionales. Los diseñadores de jardines a menudo consideran cuidadosamente la selección de plantas para crear experiencias sensoriales únicas. Los jardines de fragancias, por ejemplo, están diseñados específicamente para deleitar el sentido del olfato.

Manzanilla

Conclusión

El olor de las plantas es un recordatorio constante de la capacidad de la naturaleza para transmitir emociones de manera silenciosa pero efectiva. Cada visita al jardín es una experiencia sensorial que nos conecta con recuerdos, emociones y sensaciones. Las fragancias naturales son un regalo de la naturaleza que nos invita a apreciar y comprender mejor el lenguaje de las plantas y su impacto en nuestras vidas. En última instancia, nos recuerda que nuestras conexiones con la naturaleza son profundas y emocionales, y que la belleza de la vida puede ser experimentada a través de todos nuestros sentidos.

¡Ah! Y no sólo las plantas aportan fragancias al jardín….

Carmen Calvo Serrano
Ingeniero agrónomo – Experta en Diseño y Gestión de Jardines